Me gusta despertar temprano, respirar la brisa de primera hora de la mañana y sentir el aire fresco sobre la piel; contemplar los juegos de luces y sombras de los primeros rayos de sol y ver como la luz va llenando cada rincón de la habitación; preparar el desayuno y saborearlo con tanta calma como sea posible, mientras pienso en lo que haré a lo largo del día; detenerme a observar lo más sutil y sencillo, aquello que a menudo pasa desapercibido… con la intención de encontrar tiempo para lo que me importa, observar con atención lo que sucede y apreciar la belleza que me rodea. Y desde hace unos años, me encuentro haciendo pequeños pasos en el camino hacia una vida lo más consciente, coherente y responsable posible en todos los sentidos…


La observación y la escucha atenta, la comprensión, el acompañamiento y la ayuda a los demás son algunas de las cosas que me mueven desde que era bien pequeña y aunque siempre he sido muy sensible los detalles, siento que el ejercicio de mi profesión me ha llevado a ser aún más consciente de la importancia de lo más sutil; del poder de cada gesto, mirada y palabra, de la enorme importancia de cada paso, avance y victoria cotidiana, por pequeño o insignificante que pueda llegar a parecer, del enorme valor del esfuerzo y la perseverancia…

Durante el verano de 2012, justo antes de entrar en la universidad para comenzar la carrera de Logopedia, en un momento de transición, cambio y mucha incertidumbre; comencé a escribir un blog que se acabó convirtiendo en un refugio y al mismo tiempo, en una ventana al mundo a través de la cual reconectar con la escritura y la fotografía; dos vías de expresión que, de una forma u de otra, siempre han estado muy presentes en mi vida…

La escritura me acompaña desde niña. De hecho, recuerdo pasar horas escribiendo e ilustrando historias en folios que después doblaba por la mitad y unía con unas grapas, una hebra de hilo o algún cordón para convertirlos en pequeños libros y con ellos en las manos, soñar con ser escritora.

Escribo desde hace tanto tiempo, viene de tan lejos, que no sabría decir cuándo me di cuenta de que pocas sensaciones podían compararse a lo que sentía al poner ideas sobre papel, entrelazar frases, expresarme a través de la palabra escrita…

Años más tarde, sigo escribiendo, pero lo hago, ahora, como forma de autoreflexión; porque me ayuda a dejar salir, ordenar y procesar los pensamientos, sentimientos y emociones que a veces se amontonan en mi mente, tomar conciencia de lo que vivo y lo que siento, observarlo todo con más perspectiva, entender y entenderme.

Mi relación con la fotografía comenzó, también, cuando era niña y en gran parte, que sea así se lo debo a mi padre. Crecí viéndole disfrutar con una cámara en las manos, captando instantes cotidianos y momentos que quería conservar… así que pronto me interesé por esa pasión suya y quise compartirla con él.

Ese blog que un día, hace más de 10 años, comencé a escribir es ahora este espacio. Un lugar donde poder compartir aquello que me conmueve, me hace reflexionar o me inspira en mi día a día; pero también un lugar donde reflejar todo aquello que soy, siento y aprendo en cada momento, tanto a nivel personal como profesional…